domingo, 13 de octubre de 2013

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jueves, 10 de octubre de 2013


mas peliuclas

Miedos muy reales: 10 películas de terror basadas en historias verdaderas

19.10.2012

A diferencia de 'Paranormal Activity 4', todos estos filmes reflejaron sucesos que te podrían pasar a ti. Por YAGO GARCÍA

miedos muy reales 10 peliculas de terror basadas en historias verdaderas
A veces, el cine inspira crímenes en la vida real. Pero, por suerte, el caso más habitual es el opuesto, y son las películas las que se nutren de los titulares más morbosos. Ahora que Paranormal Activity 4 nos devuelve a su mundo de terror en vídeo doméstico, es el momento de repasar los thrillers y las historias de miedo cuyo punto de partida tuvo lugar en nuestro mundo. Algunas de estas cintas recurrieron a las historias paranormales, y otras se alimentaron de lo peor de la naturaleza humana. Las hay que exageraron sus referencias para hacerlas más espectaculares, mientras que también abundan las que se mantuvieron fieles a las fuentes o (en algunos casos) optaron por excluir los detalles más morbosos. Pero todas ellas reflejan sucesos que, si tienes muy mala suerte, te podrían pasar a ti...

La matanza de Texas (1973)

La película: Un grupo de veinteañeros de excursión se topa con una familia de palurdos psicópatas y caníbales. El más inquietante de todos ellos, Caracuero, lleva una máscara y ropas fabricadas con la piel de sus pasadas víctimas. Y una sierra mecánica más grande que él, también.
La historia real: ¿Sabías que La matanza de Texas, El silencio de los corderos Psicosis comparten la misma fuente de inspiración? Hablamos de Ed Gein, un agricultor de Wisconsin aficionado al robo de tumbas, a la taxidermia (disecando cuerpos humanos) y a otros macabros trabajos. Eso sí: a diferencia de Caracuero, Norman Bates Buffalo Bill, Gein 'sólo' fue responsable de dos asesinatos, obteniendo la mayor parte de su material a partir de cadáveres frescos.

Tiburón (1975)

La película: Un gigantesco tiburón blanco (Bruce, para los amigos) organiza un buffet libre de bañistas en la turística isla de Amity, mientras el sheriff Roy Scheider intenta clausurar las playas y Steven Spielbergsienta las bases del blockbuster contemporáneo.
La historia real: Peter Benchley, autor de la hoy olvidada novela original, basó su historia en un caso ocurrido en Nueva Jersey en 1916. Tras la desaparición de al menos cinco bañistas, un pescador halló restos humanos en el estómago de un escualo de los grandecitos (más de dos metros de longitud). Pese a que aún se especula sobre si dicho tiburón fue el responsable de todas las muertes, lo cierto es que estas cesaron desde entonces.

Terror en Amityville (1979)

La película: James Brolin (el papá de Josh) y la futura novia de Superman, Margot Kidder, se mudan junto a sus hijos a una casa donde ocurrió un asesinato múltiple. Por supuesto, una vez instalados empiezan a ocurrirles desgracias de todo tipo, entre las que podemos contar nueve secuelas, nueve, y un remakebastante pobre fechado en 2005. Este último apareció en nuestra lista de películas malditas y con mal fario.
La historia real: El libro en el que se basó Terror en Amityville recogía las peripecias, supuestamente auténticas, de la familia Lutz, que sólo aguantó 28 días en una mansión colonial comprada por la friolera de dos millones y medio de euros (ajustados) en 1975. Olores pestilentes, comportamientos compulsivos en los niños y en los adultos, una enigmática "habitación roja" de la que nadie les había hablado fueron los responsables de que el clan tirase su inversión inmobiliaria a la basura.

El Ente (1981)

La película: Como si el acoso sexual de los pueblerinos de Perros de paja no fuera suficiente, la pobreBarbara Hershey encarna aquí a una mujer violada repetidas veces por una misteriosa criatura invisible. AMartin Scorsese, esta película le encanta.
La historia real: En 1974, la californiana Doris Bither recurrió a la ayuda de investigadores paranormales para acabar con los abusos que sufría a manos de un poltergeist. Según los cazafantasmas, en la casa de la víctima se documentaron fenómenos extraños tales como luces encendiéndose y apagándose y objetos que se desplazaban sin causa aparente. 

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Henry: retrato de un asesino (1986)

La película: Tan brutales eran los asesinatos reflejados en esta cinta por el director John McNaughton queHenry... pasó varios años en cuarentena antes de llegar a los cines: nadie se atrevía a estrenarla.
La historia real: Los protagonistas del filme están basados en dos personajes reales: Henry Lee Lucas,psicópata que asesinó a 11 personas, y su compinche Otis Toole. En la vida real, Lucas afirmó haber matado a más de 600 personas, aunque eso se debería más bien a que, con cada supuesta confesión, un departamento de policía ávido de cerrar casos mejoraba las condiciones de su vida en prisión.

Inseparables (1988)

La película: La relación entre los gemelos Elliot y Beverly Mantle (un Jeremy Irons desdoblado) siempre ha sido bastante enfermiza, a lo cual no ayuda nada el hecho de que ambos trabajen como ginecólogos. Pero cuando Beverly, el miembro más frágil de la pareja, se enamore de una de sus pacientes, la cordura de ambos de desplomará llevándoles a extremos homicidas.
La historia real: En 1975, los hermanos gemelos y ginecólogos Stewart y Cyril Marcus fueron hallados muertos en el apartamento que compartían en Manhattan. La pareja, que atendía en su clínica a la créme de la créme de la alta sociedad neoyorquina, había fallecido a causa del síndrome de abstinencia a los barbitúricos, y su piso de lujo semejaba un vertedero lleno de restos de comida. La periodista Linda Wolfe,antigua paciente de ambos, documentó su caso en el libro de reportajes El profesor y la prostituta.

Drácula de Bram Stoker (1992)

La película: Al ofrecernos su visión del conde transilvano y chupasangres, Francis Ford Coppola optó por un ángulo poco explotado en el cine, centrando la película en el pasado del vampiro como señor feudal y terror de los turcos.
La historia real: Construyendo a su famoso personaje, Bram Stoker se fijó en la figura de Vlad III el Empalador, príncipe de Valaquia. Conocido tanto por su buen trato al campesinado (en Rumanía se le considera un héroe nacional) como por su crueldad hacia el enemigo, con el que gustaba de preparar pinchitos otomanos, este aristócrata balcánico fue apodado en vida 'Draculea', que quiere decir "hijo del dragón". Por cierto, uno de su archienemigos fue el rey de Hungría Matías Corvinus: ¿te suena de algo?

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Open Water (2004)

La película: Abandonado de mala manera por los pilotos de su yate, un infeliz matrimonio queda atrapado en un arrecife del Caribe. Como si estar aislados en alta mar y rodeados de superficies cortantes no fuese lo bastante malo, los dos pronto se ven rodeados de tiburones con hambre atrasada.
La historia real: Un despiste fatal causó la muerte, en 1998, del matrimonio Lonergan: el grupo de turistas con el que recorrían la Gran Barrera Australiana, el arrecife de coral más grande del mundo, se olvidó de recogerles, y ambos desaparecieron sin dejar rastro. 

El exorcismo de Emily Rose (2005)

La película: El juicio por homicidio contra un sacerdote (Tom Wilkinson), presunto responsable de la muerte de una joven, se convierte en una encrucijada donde se unen la fe, la superstición, los fenómenos paranormales y la imprudencia temeraria.
La historia real: Mientras que en la película no queda claro del todo si Emily Rose estaba poseída por Satán o sólo padecía una forma rara de epilepsia, la joven alemana Anneliese Michel era, muy probablemente, una enferma mental que se mató a sí misma de hambre (con la connivencia de un sacerdote y de sus propios familiares) al interpretar sus crisis alucinatorias como ataques del Maligno.

Annabelle, la muñeca diabólica de “El Conjuro”: Un caso real y espeluznante

En 1970 una madre compró a su hija de 20 años una inocente muñeca de trapo que, con el correr de los días, pareció cobrar vida.
Una de las presencias sobrenaturales más aterradoras que aparecen en la película de terror “El Conjuro”, la taquillera cinta del director James Wan basada en hechos reales ocurridos en la década del 70’ en la casa de la familia Perron en Rhode Island, Estados Unidos, es una muñeca diabólica llamada Annabelle.
Si bien en la historia real de los sucesos paranormales que afectaron a la familia Perron no aparece esta muñeca (el director James Wan la rediseñó para darle un aspecto más inquietante), su existencia fue totalmente verídica. Y los pormenores de su caso, que le harían erizar los cabellos al más valeroso, también fueron investigados por Ed y Lorraine Warren, la famosa pareja de demonólogos e investigadores paranormales que aparecen en la película “El Conjuro” luchando contra los espíritus malévolos de la casa.
La historia de espanto de la muñeca Annabelle comenzó en 1970, cuando una madre compró en una tienda especializada una vieja muñeca de trapo, de la tradicional línea de productos infantiles conocidos como Raggedy Ann, para regalársela a su hija Donna, una joven de 20 años que estudiaba enfermería. Lo primero que hizo la muchacha, que compartía un apartamento con una amiga llamada Angie, fue poner a la muñeca en su cama.
Annabelle el conjuro
Foto: Guioteca
Pero a los pocos días comenzaron a suceder cosas extrañas. La muñeca, que siempre era dejada por su dueña en el dormitorio o en un sillón en una posición horizontal y con las piernas cruzadas, comenzó a aparecer misteriosamente en otras partes de la casa. Aparecía en el comedor, en posición vertical o de pie, o bien arrodillada en la puerta de entrada, como si de repente hubiera comenzado a moverse por sí sola. Para empeorar la situación, las dos moradoras del apartamento comenzaron a encontrar mensajes escritos en un papel de pergamino, con una letra de niño pequeño, que decían: “Ayúdanos” y “Ayuda a Lou” (Lou era el nombre del novio de Donna).
El siguiente incidente también fue sorprendente. Las dos amigas encontraron a la muñeca con gotas de sangre en su pecho y sus manos, por lo que decidieron buscar la ayuda de una médium para que hiciera una sesión de espiritismo en el mismo apartamento. De ese modo supieron que el presunto espíritu que animaba a la muñeca correspondía al de una niña de siete años llamada Annabelle Higgins, quien había muerto trágicamente hace muchos años en el mismo lugar donde vivían.
El espíritu, además, le comunicó a la médium otra cosa inquietante. Dijo que se sentía en paz viviendo con Angie y Donna, por lo que quería seguir viviendo en la casa bajo la forma de la muñeca. Las dos chicas, compadecidas por la historia de la niña muerta, respondieron afirmativamente. Ignoraban que el supuesto espíritu de Annabelle escondía en verdad a una presencia ominosa.
La muñeca diabólica
Lou, el novio de Donna, fue el primero en sufrir las consecuencias. El joven no sólo había querido deshacerse de la muñeca desde la primera vez que la tuvo en sus manos, sino que también comenzó a sufrir recurrentes pesadillas con el juguete. Una noche, tras despertar de un mal sueño, miró al pie de su cama y vio, estupefacto, la aterradora figura de la muñeca de trapo. El juguete trepó en cuestión de segundos a su cama e intentó estrangularlo, aunque sólo consiguió desmayarlo.
Tras recuperar la conciencia, Lou se dirigió de inmediato a la casa de su novia decidido a destruir a la muñeca. Pero, tras llegar y saludar a Donna, escucharon ruidos procedentes del dormitorio de la chica, como si varias personas estuvieran hablando allí. Al entrar no vieron a nadie, sólo a Annabelle sentada en una esquina. En ese preciso momento Lou se tocó el pecho transido de dolor. Cuando se abrió la camisa, que sorprendentemente estaba empapada en sangre, descubrió que tenía siete marcas de garras distintas, tres verticales y cuatro horizontales, que le desgarraban la piel como si fueran quemaduras.
Convencidos definitivamente que el espíritu que animaba a la muñeca era hostil y maligno, Donna y sus amigos se pusieron en contacto con algunas autoridades eclesiásticas, quienes los pusieron en contacto con Ed y Lorraine Warren. Esta pareja de investigadores paranormales llegó de inmediato a la conclusión más obvia: el espíritu que se encontraba unido a la muñeca no era el de una inocente niña, sino que una presencia diabólica no humana que deseaba poseer el alma de Donna.
Los Warren, para mantener a salvo a los tres jóvenes, decidieron llevarse a Annabelle a su casa y lo consiguieron a duras penas. En el viaje el motor, la dirección y los frenos del auto comenzaron a fallar y los desperfectos sólo cesaron cuando Ed Warren roció a la muñeca de trapo con agua bendita. Ya en el domicilio de los investigadores, la muñeca siguió dando problemas. Levitó al menos un par de veces y comenzó a aparecer en las distintas habitaciones de la casa, incluido en el mismo asiento de Ed Warren.
Los Warren, convencidos que la muñeca estaba embrujada por una entidad demoníaca, contactaron al sacerdote Jason Bradford para que hiciera un exorcismo. Pero éste, al ver a Annabelle, sólo exclamó: “Es sólo una muñeca de trapo. No puede hacer daño a nadie”. Increíblemente, cuando el religioso se retiró de la casa de los Warren, su auto sufrió un desperfecto en los frenos y terminó fuera de la carretera. El cura salvó con vida de milagro.
Encerrada en una urna de cristal
Los Warren, que en 1952 habían fundado la Sociedad de Investigación Psíquica de Nueva Inglaterra, finalmente, hicieron construir una urna de cristal y encerraron allí a Annabelle. Con los años se transformó en una de las principales atracciones del famoso museo del ocultismo de Connecticut, lugar donde permanece en la actualidad.
La muñeca llamada Annabelle nunca más volvió a moverse, pero hace varios años hizo de nuevo noticia por un hecho bastante misterioso. Un adolescente, que visitaba el museo en compañía de su novia, se burló de la muñeca y comenzó a golpear la casilla donde ésta estaba encerrada. El propio Ed Warren los expulsó del lugar y vio como la pareja se alejaba en moto. Lo increíble es que mientras el muchacho seguía haciendo chistes sobre Annabelle, perdió de repente el control del vehículo y se estrelló contra un árbol. El adolescente murió en el acto y su acompañante debió pasar varios meses internada en un hospital.
Los entendidos afirman que la urna de cristal donde descansa Annabelle parece evitar que la muñeca se mueva, pero no son pocos los que especulan que la espeluznante entidad que le dictaba sus movimientos sigue allí, a la espera del día en que nueva

mente pueda ser libre.